La palabra "Lasaña" proviene del griego "lasanon", a través del latín "lasanum", que se refiere al cazo en el que se cocinaba. La palabra singular en italiano es lasagna y en plural lasagne se aplica indistintamente al plato o a la pasta en forma de láminas. Es un plato fuerte que se suele comer en invierno o en los periodos fríos de la primavera.
Esta vez he querido hacer un clásico de mi repertorio: Lasagna de espinacas. Pero voy a darle un par de toque como los piñones y las pasas para convertir el relleno en unas espinacas a la catalana...., lo voy a acompañar de un cuscus de tomate, ingrediente éste (el tomate) que tan bien le va a la pasta, la bechamel, tan relacionado con la lasagna... Me gusta ese punto de plato de la cocina tradicional catalana con el toque moderno del cuscus de tomate liofilizado.
Para la Lasaña:
Hace falta placas de pasta de lasaña que podemos comprar hechas o hacer nosotros la pasta, a vuestro gusto. Esta vez no he hecho yo la pasta fresca porque estoy de experimentos, si fuera para invitados si la haría.
Leche entera, un poco de harina, de mantequilla, sal y nuez moscada (para la bechamel).
Hacemos la bechamel del modo tradicional. Cocemos las espinacas en un poco de agua con sal y azúcar. Sólo unos 4 o 5 minutos. Las colamos y dejamos escurrir lo más posible y luego las picamos un poco. En una sarten ponemos un poco de cebolla picadita con un poco de aceite y la pochamos. Añadimos las espinacas y lo salteamos juntos para que se unan los sabores. Lo ponemos en un bol y en la misma sarten salteamos unos piñones que los añadimos, además de unas pasas que han estado un poco en remojo. El que quiera puede añadir unos taquitos pequeños de panceta para darle un sabor más sabroso. Colocamos dos pisos de esta mezcla con pasta intercalada (bechamel, pasta, mezcla, bechamel, pasta, mezcla, bechamel, pasta, bechamel). Terminamos las capas con una de pasta y una capita de bechamel y queso rallado que pondremos al horno a gratinar. Si estaba ya templado, lo meteremos antes un momento al microondas.
Para el Cuscus de Tomate:
Necesitamos tomate liofilizado (yo he usado Crutomat de Texturas Bulli) 100gr y 30 gr de aceite de oliva virgen extra. Primero hay que hacer polvo del tomate con un robot de cocina. (las o los que tengáis termomix enhorabuena, yo me tengo que conformar con una picadora que no voy a engañaros, polvo polvo, lo que se dice polvo fino no me deja. Algo que se asemeja a un polvo granulado, pero vaya que es lo que hay,así que eso). Luego en un bol ponemos el polvo y vamos añadiendo el aceite en forma de hilo fino y removiendo a la vez. Cuando esté todo impregnado lo añadimos a una sarten caliente y con cuidado que no se queme lo vamos moviendo. Se irán formando unas migas de tomate que sirven para acompañar, decorar, napar....ahi ya a vuestra elección, creatividad e imaginación. A mi no me han quedado migas sino más bien un aspecto parecido al cus cus. Supongo que por eso de que no era polvo fino, pero para mis primeros experimentos, me conformo con este resultado.
Emplatamos con un trozo de lasaña y una hilera de couscous de tomate.
1 comentario:
Esto del cuscus de tomate es muy original no?tu siempre tan moderna e innovadora. Anda que los del bulli estaran contentos contigo con tanta publi de sus productos eh?
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